lunes, 5 de mayo de 2014

LA SUSPENSIÓN DEL ENCUENTRO IMPIDE LA REMONTADA DEL CADETE


1ª CADETE:
Cehegín Cf. 2-3 Ef. San Miguel

Ésta jornada hemos presenciado en el Almarjal uno de esos encuentros de fútbol de los que es mejor no recordarlos, el colegiado suspendió el choque cuando aún quedaban quince minutos más el descuento, que sería mucho, ya que el equipo visitante se dedicó toda la segunda parte a impedir que se jugara a éste maravilloso deporte, finalmente se salieron con la suya tras invadir el campo por su entrenador, que había sido expulsado, y por una media docena de padres alterados. Mientras tanto el público restante asistíamos en la grada perplejos ante tan bochornoso espectáculo. Vamos a contar lo sucedido cronológicamente:

El partido comenzó adelantándose en la primera aproximación el conjunto de Molina, 0-1. Corría el minuto siete cuando una internada por la derecha concluye con un centro al área con remate certero del delantero en el segundo palo. Los de naranja se sobrepusieron a éste golpe y llegaron en dos ó  tres ocasiones con cierto peligro, Fernando Carrasco envía un fuerte disparo por encima del travesaño, Tomás lanza una falta que sale ligeramente desviada y un dudoso fuera de juego que dejaba sólo a Fernando ante el meta visitante. El primer tiempo ya iba dejando destellos de que podría surgir la polémica, por la sencilla razón de cómo el colegiado fue encauzando el choque, permitiendo las protestas airadas del técnico forastero, éste fue advertido en numerosas ocasiones y sólo amonestado verbalmente por el colegiado. El encuentro transcurrió con un Cehegín que mostró un juego impreciso, muestra de ello fue el segundo y tercer gol en sólo cinco minutos antes del descanso: 0-2. La defensa no acierta a despejar con claridad y que un balón en el punto de penalti para que el delantero regatee a nuestro portero y marque a placer. 0-3. Disparo lejano que no bloca José Luis y el rebote lo aprovecha el delantero para fusilar a gol. Así se llegó al descanso.

La segunda parte parecía plácida para los visitantes y el colegiado, en la primera jugada llegó el primer tanto de los locales: 1-3. Carrasco sirve un pase genial a Caci que se planta sólo ante el portero y marca entre sus piernas, por bajo.  El Cehegín se lo creyó y tras dos buenas ocasiones de gol conseguiría el segundo: 2-3. Fernando Carrasco aprovecha una indecisión en la defensa, regatea al portero y marca a placer. 


A partir de aquí se vivió el caos en el Almarjal, un jugador visitante ve la cartulina roja por unas airadas protestas, en lugar de abandonar el campo éste se sienta y se quita una bota, cuando finalmente enfila el camino del banquillo lanza la bota a su entrenador e insulta gravemente al colegiado. Poco después el árbitro por fin expulsó al auténtico protagonista del encuentro, el primer entrenador del San Miguel de Molina. A todo esto el juego sufría una interrupción tras otra, impidiendo que el Cehegín consiguiera el empate, un jugador sustituido del banquillo forastero, sin peto con la misma camiseta de juego se lanza a los pies de Salva cuando éste corría la banda con el balón en juego, ante la pasividad del árbitro nuestro delegado insta a que los jugadores cambiados abandonen el banquillo y es en ese momento cuando el primer entrenador invade el campo y tras él unos seis ó siete padres altamente nerviosos. Lo primero que hizo al pisar el césped fue empujar bruscamente a nuestro delegado, a partir de ahí se montó una tangana que el colegiado consideró suficiente como para suspender el encuentro. Considero que el gran perjudicado fue nuestro Cehegín, todo salió redondo para el equipo que veía como la renta de la primera parte se le escapaba, con un jugador menos y unos veinte minutos por jugarse hubiera sido muy complicado no encajar más goles por parte del San Miguel. 


Desde éstas líneas pedimos que hechos como éste no sucedan más, los nervios hay que dejarlos cuando se va a ver fútbol, debemos de recordar que el delegado de campo puede pedirte que abandones el banquillo si así lo contempla el reglamento. Pero lo que nunca se puede hacer es invadir el rectángulo de juego, éste está destinado sólo para los jugadores y el colegiado que es la máxima autoridad en un campo de fútbol.