martes, 28 de febrero de 2012

LA CRITICA ES CONSTRUCTIVA "SI QUIEN LA RECIBE LA ENTIENDE"

Este fin de semana, y tras un tiempo sin hacerlo, me trasladé al Polideportivo Almarjal, para palpar de primera mano el malestar de los distintos equipos por las últimas actuaciones arbitrales. Aproveché para Almorzar con mi amigo Felipe, y en tanto, en el campo de cesped artificial, se disputaba un interesante partido entre el Cadete “b” y el Abarán, encuentro que concluyó con la victoria del cuadro naranja por 4-2, dos de los cuatro goles del Cehegín marcados por (MONTOYA) por el que siento un especial afecto a pesar de su rebeldía.
Volviendo al tema arbitral, tengo que decir, que no soy partidario de los enfrentamientos con los colegiados, pero hay que reconocer que los últimos arbitrajes no han sido los mas acertados, por lo tanto, las criticas ayudan a recapacitar si nuestro trabajo ha merecido la pena.
El árbitro, como parte del juego, ha de ser consciente de dónde está y qué
Incidencia tiene en el fútbol como deporte, entendido todo ello en el
sentido amplio de la palabra. El árbitro no es un censor de la ilegalidad, no
ha de basar su labor en la mera imposición de sanciones a los
comportamientos ilegales, sino que ha de guiar el juego para que esos
comportamientos ilegales no lleguen a producirse. Esto es colaborar al
buen desarrollo del juego y, por ende, a la belleza del espectáculo, criterio
básico, para que esto pueda ser así, para que el árbitro, pueda convertirse en actor positivo del juego es necesario partir de una correcta actitud profesional que les permita 1, tener un adecuado conocimiento del juego; 2, poseer una concepción global y relacionada del reglamento; y 3, establecer desde el principio del encuentro los criterios de actuación por los que se regirán. El Fútbol es un deporte pero también (y por ello) un espectáculo. En una sociedad como la nuestra.No se puede obviar la realidad de que el deporte base se fundamenta especialmente en la formación y educación de la persona haciendo posible el compañerismo y el respeto al contrario.


JOSÉ CARMONA
Presidente