Partido difícil y complicado, ya que el Cehegín se enfrentaba a uno de los gallitos
de la categoría y prueba de ello es su clasificación en la tabla.
En la primera parte los locales le
perdieron el respeto a los Calasparreños jugándoles de tú a tú, creando peligro
y ocasiones para haberse adelantado en el marcador, lastima de las ocasiones perdidas en jugadas como una
Internada por la banda de Diego y José Carlos, que se han visto frustradas por
el portero visitante, falta de puntería o ese rematador en la boca de gol que
no termina de encontrar el equipo, el caso es que en un despiste los de Blanco
hicieron el 0-1.
Comenzada la segunda parte, esos minutos
tontos que en todos los partidos suelen tener los de naranja, esos en los que
la concentración suele fallar, han bastado para poner el marcador en un
abultadísimo 0-5, que no reflejaba ni mucho menos lo que estaba sucediendo en
el terreno de juego.
Una vez se ha vuelto a tener el control
del juego se han producido las Internadas por la banda de Diego y Alberto (el
cual esta tarde ha estado magistral tanto en ataque como en defensa) han hecho
que el marcador cambiara con dos goles de Diego y uno de Juanjo, jugador
incorporado este año, con muchas ganas al que este gol ha premiado su
disposición en el campo, el resultado final hubiera sido otro bien distinto si
el árbitro muy fallón no se hubiera tragado dos penaltis realizados a Diego.
Resumiendo, los jugadores que un día fallan,
mañana te dan la gloria, porque al fin y al cabo son niños de 9, 10 y 11 años
que están aprendiendo a jugar al futbol y que su máximo trofeo es ganar y ganar
todos los partidos, niños que aún tienen que aprender a aguantar la presión y
al final no derrumbarse por una derrota de esas que no se entienden el porque
se producen.